Eduard Genís Sol, julio del 2022
Pensar que la administración de las fórmulas de la farmacopea china es fija e inamovible y que su conocimiento se circunscribe a la memorización de unos cuantos centenares de fórmulas inmutables para poder administrarlas cuando determinados pacientes se adapten a ellas, es una banalización del espíritu y de la intención de la medicina interna china, ya que no se trata de adaptar un paciente a una fórmula, sino lo contrario. Y lo contrario es adaptar una fórmula a las penurias de cada paciente.
Una práctica eficaz de la medicina herbaria china consiste en escribir una prescripción personalizada que se ajuste al máximo a las necesidades de cada enfermo. ¿Cómo hacerlo? Existen diferentes enfoques que, en última instancia, se reducen a dos: modificar una fórmula preexistente es el primero de ellos –método de añadir y sustraer (加减法, Jiā jiǎn fǎ)-; y generar una prescripción sin partir de ninguna fórmula de referencia, sino sólo basándose en el diagnóstico (诊断, Zhěn duàn) y en los métodos de tratamiento (治法, Zhì fǎ) que corresponden a dicho diagnóstico, el segundo –método de generación de una prescripción (产生方, Chǎn shēng fāng)-.
Método de añadir y sustraer (加减法, Jiā jiǎn fǎ)
La base de este método consiste en modificar una fórmula; es decir, adaptarla a las necesidades específicas de un paciente determinado en un momento dado. En este caso, hay que tener en cuenta que la fórmula matriz que queremos modificar lleva a cabo una serie de acciones (功效, Gōng xiào) específicas que son las que la definen, pero que no se adaptan completamente a los requerimientos terapéuticos necesarios para cada caso concreto; con lo cual tendremos que incorporar las variaciones (加减, Jiā jiǎn) -adiciones y sustracciones- necesarias con el objetivo de lograrlo. Estas modificaciones requieren, en primer lugar y tras el diagnóstico, valorar si todas las acciones que lleva a cabo la fórmula son necesarias y suficientes para cada caso concreto; y, teniendo en cuenta que cada una de dichas acciones viene desarrollada por uno o unos cuantos remedios medicinales, sustraeremos aquéllos que representen una determinada acción de la fórmula que no necesite el paciente y, en cambio, si éste precisa de alguna o algunas acciones terapéuticas que no estén cubiertas por la fórmula, añadiremos los remedios que sean necesarios para llevarlas a cabo; si sólo añadimos remedios a la fórmula, sin sustracciones, a ello se le llama “sabores añadidos (加味, Jiā wèi)”. Se trata de un método bastante simple cuya aplicación requiere un buen diagnóstico (en términos de medicina china), una buena comprensión de los principios y métodos de tratamiento (治则治法, Zhì zé zhì fǎ), un buen conocimiento de la materia médica china (本草, Běn cǎo) y una buena noción de las fórmulas y prescripciones (方剂, Fāng jì).
Método de generación de una prescripción (产生方, Chǎn shēng fāng)
Este segundo método consiste en generar una prescripción basada en el diagnóstico (诊断, Zhěn duàn) y en los métodos de tratamiento (治法, Zhì fǎ) que corresponden a dicho diagnóstico, pero sin partir de ninguna fórmula preexistente. Ello es aplicable a cualquier paciente y a cualquier enfermedad, pero es prácticamente indispensable cuando ésta deriva de patrones complejos (证候错杂, Zhèng hòu cuò zá) y cuando queremos materializar la filosofía subyacente de aplicar un tratamiento holístico (整体治疗, Zhěng tǐ zhì liáo).
Es corriente que algunos pacientes acudan a la medicina china como último recurso, tras un periplo de varios años por diversos sistemas médicos. Así, este tipo de pacientes suele aparecer con el diagnóstico biomédico de una enfermedad cronificada entre dos y veinte años -a veces, más-, cronicidad que complica sobremanera el tratamiento, dado que tanto el paso del tiempo como la ingesta masiva de fármacos han propiciado la generación de múltiples mecanismos patológicos (病机, Bìng jī) adicionales a los que la propia enfermedad presentaba en su inicio. Para este tipo de pacientes, o para cualquier otro que presente cronicidades semejantes, el tratamiento va más allá de la modificación de una fórmula, dada la existencia de una multiplicidad de patrones (证, Zhèng) interdependientes y concomitantes que hay que tratar de forma simultánea. La inmensa mayoría de las fórmulas clásicas y/o ‘antiguas’ tratan, a lo sumo, tres o cuatro patrones simultáneos; y sí, podríamos partir de una de ellas para modificarla y escribir así nuestra prescripción, pero en el resultado final la fórmula matriz quedaría tan diluida que sería irreconocible.
La alternativa es la aplicación del método de generación de una prescripción. Dicho método conlleva una serie de requisitos previos: ser capaz de establecer un diagnóstico completo y preciso, saber aplicar los métodos de tratamiento que requiere dicho diagnóstico y conocer bien la materia médica china para poderlos materializar en una prescripción inédita, probablemente, hasta este momento. Además, también hay que haber estudiado previamente tanto las enfermedades simples como las complejas y conocer las posibles interacciones de los medicamentos occidentales con la farmacopea china.
A título de ejemplo, imaginemos un paciente que viene diagnosticado de la enfermedad ‘X’. A partir del estudio pormenorizado de todas y cada una de las enfermedades de la medicina interna, que debe formar parte de nuestra formación, ya podemos hacernos a la idea de los diferentes mecanismos que pueden haberla provocado. Por lo tanto, a la hora de recibir al paciente para diagnosticarlo, iremos directamente a indagar en él los signos relevantes y determinantes que configuran los mencionados patrones/mecanismos patológicos; es decir, tendremos la iniciativa de ir a buscar los signos clave que nos permitan acceder prontamente a un diagnóstico certero y completo. Por ejemplo, comprobar si tiene las manos y los pies fríos, micciones frecuentes y abundantes de orina clara, un declive de la líbido y lumbalgias ocasionales bastaría para diagnosticar un vacío del yáng del riñón. Además, tomaremos nota de cualquier otro signo adicional que presente el paciente y, sobre todo, antes de emitir un diagnóstico en forma de una identificación de patrones (辨证, Biàn zhèng), estaremos bien seguros de que todos y cada uno de sus signos patológicos tengan una explicación coherente dentro de este diagnóstico.
Una vez finalizado el diagnóstico y antes de escribir la correspondiente prescripción, debemos establecer la estrategia/estrategias que vamos a emplear para desactivar todos y cada uno de los mecanismos patológicos que están en juego en la enfermedad del paciente. Ello se conoce en medicina china con el nombre de “métodos de tratamiento (治法, Zhì fǎ)”, epígrafe que sirve de nexo de unión, de puente, entre el diagnóstico y la escritura de la prescripción. Afortunadamente, teniendo en cuenta que la terminología empleada en los métodos de tratamiento es idéntica a la utilizada para definir las acciones de los remedios medicinales (ésta es una de las muchas ventajas de utilizar la terminología propia de la medicina china, en contraposición al léxico simplón y grosero que se suele utilizar en occidente), la elección de estos últimos la realizaremos con toda comodidad, especialmente cuando tengamos integrado el sistema que estamos definiendo. Si el lector desea profundizar en estos métodos de escribir una prescripción, puede encontrarlos detallados y acompañados de múltiples casos prácticos en el 2º volumen de Estudio de fórmulas y prescripciones, escrito por nosotros y adquirible en www.medicinachinahoy.net.